No es normal. No. No es normal que un día recién empezado el año, se cuadre ante el calendario y le diga: ¡Pues yo voy a ser un día primaveral!
No he querido meterme en discusiones y como a rio revuelto, ganancia de pescadores, me he puesto el chandal y he ido a pasear al lado del mar aprovechando mi estancia en la Costa Brava.
Paso enérgico para ayudar a bajar los dulces navideños y hacerle la guerra a esos kilillos de más que se ponen durante las fiestas.
Así he llegado hasta un recodo en el que se formaba una cala y allí no he podido seguir más. Era imposible.
Me he sentado sobre una roca cerca del mar y me he sentido atraída por el paisaje. Los pinos llegaban hasta las rocas que estaban detrás mía y su perfil se recortaba sobre ese azul del cielo increiblemente claro, sin nubes.
He empezado a recorrer visualmente lo que me rodeaba, pero a cámara lenta. Enfrente dos rocas de color parduzco. Una de ellas tomada por un grupo de gaviotas que estáticas hacían contrastar el blanco de su plumaje sobre la roca.De vez en cuando, algún graznido pero no demasiado estridente.
Al lado, la otra roca casi igual que la anterior, pero que el mar trataba de forma diferente. La parte que daba a mí, acariciada suavemente por las olas y la que no podía divisar, parecía recoger la furia de un mar que hacía salir por encima de ella, como un estallido de agua que la regaba, una lluvia tranquila pero sorpresiva.
A lo lejos, un barco de carga. A mi lado, rocas que brillaban al sol debido a la humedad que recibían del mar. Una gaviota arriba solitaria planeando y haciendo de su vuelo, un baile tranquilo con toda la pista para ella.
Y por encima de todo, el olor de ese mar que al chocar con las rocas de la orilla, producía un ruido acompasado que se te iba metiendo dentro de tus oidos extendiéndose hasta llegar a tu alma.
Entonces, se produjo la comunión. Dejé de percibir mi cuerpo. Perdí la noción de su existencia.
Sólo sentía. me sentía una con el mar. Me sentía una con las rocas. Con los pinos. Con el sol. Era la comunión perfecta. Éramos sólo uno y esta situación duró varios minutos en los que sólo podía percibir una serenidad, una paz que hacía tiempo que no sentía y que para mí es vital.
Distintos elementos fusionados en uno. Unión indisoluble, envueltos por el sonido acariciador del mar y por la tibieza del calor del sol que desprendía sus energías más positivas.
Tiempo que no era tiempo. El infinito se hizo presente y aquello era la vida.
¿Cuánto tiempo duró? No lo sé. Sólo sé que en un momento determinado, me levanté de la roca lentamente para alargar más aquella sensación y me fui hasta mi marido. Me agarré a su mano y le di las gracias suavemente por haber compartido conmigo esos momentos, que no son muy frecuentes en un mundo tan acelerado como el nuestro, pero que yo había tenido el privilegio de vivir.
Malena
No he querido meterme en discusiones y como a rio revuelto, ganancia de pescadores, me he puesto el chandal y he ido a pasear al lado del mar aprovechando mi estancia en la Costa Brava.
Paso enérgico para ayudar a bajar los dulces navideños y hacerle la guerra a esos kilillos de más que se ponen durante las fiestas.
Así he llegado hasta un recodo en el que se formaba una cala y allí no he podido seguir más. Era imposible.
Me he sentado sobre una roca cerca del mar y me he sentido atraída por el paisaje. Los pinos llegaban hasta las rocas que estaban detrás mía y su perfil se recortaba sobre ese azul del cielo increiblemente claro, sin nubes.
He empezado a recorrer visualmente lo que me rodeaba, pero a cámara lenta. Enfrente dos rocas de color parduzco. Una de ellas tomada por un grupo de gaviotas que estáticas hacían contrastar el blanco de su plumaje sobre la roca.De vez en cuando, algún graznido pero no demasiado estridente.
Al lado, la otra roca casi igual que la anterior, pero que el mar trataba de forma diferente. La parte que daba a mí, acariciada suavemente por las olas y la que no podía divisar, parecía recoger la furia de un mar que hacía salir por encima de ella, como un estallido de agua que la regaba, una lluvia tranquila pero sorpresiva.
A lo lejos, un barco de carga. A mi lado, rocas que brillaban al sol debido a la humedad que recibían del mar. Una gaviota arriba solitaria planeando y haciendo de su vuelo, un baile tranquilo con toda la pista para ella.
Y por encima de todo, el olor de ese mar que al chocar con las rocas de la orilla, producía un ruido acompasado que se te iba metiendo dentro de tus oidos extendiéndose hasta llegar a tu alma.
Entonces, se produjo la comunión. Dejé de percibir mi cuerpo. Perdí la noción de su existencia.
Sólo sentía. me sentía una con el mar. Me sentía una con las rocas. Con los pinos. Con el sol. Era la comunión perfecta. Éramos sólo uno y esta situación duró varios minutos en los que sólo podía percibir una serenidad, una paz que hacía tiempo que no sentía y que para mí es vital.
Distintos elementos fusionados en uno. Unión indisoluble, envueltos por el sonido acariciador del mar y por la tibieza del calor del sol que desprendía sus energías más positivas.
Tiempo que no era tiempo. El infinito se hizo presente y aquello era la vida.
¿Cuánto tiempo duró? No lo sé. Sólo sé que en un momento determinado, me levanté de la roca lentamente para alargar más aquella sensación y me fui hasta mi marido. Me agarré a su mano y le di las gracias suavemente por haber compartido conmigo esos momentos, que no son muy frecuentes en un mundo tan acelerado como el nuestro, pero que yo había tenido el privilegio de vivir.
Malena
68 comentarios:
A las personas de condición marina como nosotras, es decir a las que nos gusta el mar por encima de todo, no hay nada mejor que sentarnos enfrente del mar y dejar vagar nuestra mente hasta alcanzar ese punto, esa comunión que tranquiliza nuestro espíritu y nos devuelve la paz.
Yo trato de hacerlo cada vez que puedo, nada como un paseo por la playa en invierno, reconforta de tal manera que parece que este soñando.
Excelente post y muy bien relatado.
Un fuerte abrazo marino
Es difícil, pero cuando logramos durante un instante alcanzar la comunión con la Naturaleza, conmprendemos el significado de la palabra Paz.
Un abrazo.
Me ha gustado leerte. Me ha gustado acompañarte por la orilla de ese Mediterráneo... compañero, cuando quiere y quiero, de mis pisadas, de mis pesares y de mis alegrías. Resido en Madrid pero, en cuanto puedo, me escapo a encontrar su compañía.
Un saludo.
Con la música del mar como fondo, estoy segura de que esa gaviota bailaba en exclusiva para ti, bueno, y para ella misma:):):)
Entiendo a que clase de paz te refieres, lo entiendo perfectamente. Y sí, es vital. Ay, quién pudiera…
Malena, ese instante maravilloso que viviste y gozaste, no es otra cosa que la felicidad en estado puro.
Qué envidia( sana) me has dado hija.
Besitos
http://poemasdeshanna.blogia.com
Me acabas de regalar un instante glorioso. Gracias.
UN BESO
Hola Malena! que post tan lindo en el que relatas esa sensación de contemplación y de paz interior.
Gracias por tus deferencias para conmigo y por tu encanto. Te deso lo mejor y te entrego por siempre mi cariño.
Un beso para tu alma.
aki siento la suave brisa del mar..el olr salino del amibiente... es bueno q t tomes un airesito...
un besito para tí mi MAle...
sabes? Campos comienza a insistir y yo flakeando un poko q confusiòn..
La comunion entre tu alma y la naturaleza, deja en todos nosotros la esperanza de un ser libre en sentimientos.
Muy lindo tu escrito de hoy Malena mia y conmovedor, me encanta leerte.
Para esa calma espiritual de la cual hoy llevas en vos te dejo mi mejor tacita de te con muchos terroncitos de paz y tranquilidad
Besos y que sigas disfrutando tan merecidas vacaciones.
Te quieron mucho
Veronica
teacupclub@gmail.com
mmmmmmmmmmm!!!
me he levantado despacio contigo de la roca y también le he dado las gracias a tu marido ;)))
´
´¡eres divina!
un besazo.
pd. gracias por lo que dices de mí en la carta.
Nerim, me he alegrado de ver tu comentario en mi blog. Gracias por visitarme y por compartir esos sentimientos tan "marinos" que nos dan la vida cuando estamos cerca de él o la mar.
Un beso muy grande.
Rafa, fue un momento tan especial que salí de allí mirando las cosas de forma diferente y es que todos necesitamos esos momentos pero nunca tenemos el tiempo necesario para buscarlo.
Un montón de besos.
Chechu, te conozco de haber coincidido en los comentarios de blogs amigos.
Me alegro de que hayas querido pasar a saludarme y a dejarme esas palabras referentes al mar. Un amor al mar que compartimos aparte de mi amor por Asturias desde el día en que la conocí.
Siempre serás bien recibido en esta casa que espero consideres como la tuya.
Un abrazo.
Trini, tú también tienes un río Guadalquivir que es una maravilla cuando refleja ese cielo azul de Andalucía.
No me canso de repetirlo pero es que aquello fue tan especial que no deseaba que terminara nunca. La felicidad en estado puro, como tú dices o la vida sin interferencias como digo yo.
Un beso muy, muy grande.
Gracias Paco- ¡Ojalá haya llegado hasta tí el rumor de las olas y el olor a salitre!
Un beso.
Gerardo estoy contenta de que hayas vuelto. Ya sé que es una alegría egoista porque bien a gusto que estabas de vacaciones.
Gracias por tus palabras cariñosas y por la ternura que transmites siempre.
Mil besos.
Cata, corazón, date un respiro y a continuación te lo vuelves a plantear. :) Te escribo.
Un beso muy grande.
Verónica, corazón, gracias por esa tacita de té que me traes llena de cariño. Sabes que yo también lo siento por tí.
Espero haberte hecho llegar la paz y la armonía que conseguí aquel día.
Miles de besos.
María, ya sabía yo que lo estabas compartiendo conmigo. El cielo, las rocas, el mar que nos salpicaba. Todo fue increible.
Montones de besos, mi princesa.En la carta sólo dije la verdad.
Ay chica, qué sincronía experimentar con las sensaciones... tu con el mar... yo con la cordillera!! vivimos exactamente lo mismo!
Nos enseñaron que tu eras tu, el mar parte del planeta, las rocas partes de un contexto, etc... y ahi, tú frente al mar y yo a la cordillera, nos dimos cuenta que todo, completamemte todo...somos uno solo...
Un beso Male... gracias por tu entrega amiga...
Ali
Yo creo que el mar tiene una atracciòn hipnòtica que nos lleva a evadirnos de la realidad. Viviste un momento irrepetible. Què bueno !!! Abrazos.
¿Has estado en la costa brava, y no has venido a verme?
Ejemm.
Besos.
Menos mal que estás tú para transportarme a ese mar que adoro. Me lo copio, lo guardo y cuando me entre el siroco del desierto me adentraré en él de tu mano...
Un besazo.
La inmensidad azul de mar es mi pasión. Disfruto de su calma y su bravura. Primera vez que lo vi y latirá mi corazón en su encuentro el MAR. Muchos Abrazos y BENDICIONES. FELIZ 2008
¿Por qué tendré que vivir en Madrid? Yo también quiero playa!:(
Un besito.
Malena!! así que has estado en mi tierra??? me alegro muchísimo de que hayas disfrutado aquí!!!
Aiiiiiiiii el mar... es mi vitamina!!! cuando estoy triste o algo decaída, me acerco en un momento estiendo la toalla en la orilla del mar ( siempre llevo una en el coche ) y escuchando el sonido de las olas se me pasan todos los males ... no puedo imaginar mi vida sin el mar!!! los abuelitos de mi pueblo nos dicen a la chicas que frecuentamos la playa en invierno que somos "hijas del mar" ...
Petonets
Ali, tuvo que ser precioso tener esa sensación frente a la cordillera. Me imagino la grandiosidad de ellas y tú al frente sintiéndote parte integrante de la majestuosidad.
Tuvo que ser de verdad increible.Tú en la tierra y yo en el mar, pero con las mismas sensaciones.
Un beso muy grande, Ali.
Sí, Fernando. El mar tiene una gran atracción sobre nosotros. Sí está en calma nos la transfiere y si está agitada, también nos transpasa esa fuerza.Me encanta el mar.
Un beso muy grande.
Ignacio, algún día haremos una "trobada" frente al mar de todos los que estamos por estas latitudes. :)
Un beso.
Mi querida Viento: La primera vez te llevé a conocer "mi" parque, la segunda te llevaré a mi playa. :)
Montones de besos.
Joselyn, cariño, me alegro de que disfrutaras con el mar. ¿Verdad que es grandioso? Todas mis bendiciones para tí, amiga mía.
Un beso muy grande.
Patry, pero tienes el rio Manzanares, no te quejes. :). Así cuando en las vacaciones vayas al mar, lo disfrutarás el doble.
Un besito, corazón.
Veïna, hija del mar, tienes más suerte que yo porque tú puedes disfrutarlo cada día y aunque yo viva en Barcelona no tengo tiempo para hacerlo.
Me aprovecho los fines de semana que nos escapamos mi marido y yo con la excusa de que hay que cuidar las plantas. :)
Un beso muy grande, corazón.
Ese instante es lo más mágico y profundo que puede existir.... Y si además te acompaña el hombre de tu vida para tomarle la mano, puede ser no más descriptible que lo que tu has hecho. La mejor comunión, sin duda.
Besos
PD: por fin puedo entrar en tu casita, estuve días sin poder pasarme por aqui!
que bello momento has descrito...
tienes toda la razón, aquello era la vida (y tal vez mucho más)
Maravilloso... qué sana envidia!!!
Me has recordado a Juan Salvador Gaviota... e incluso me ha llegado la brisa marina...
Besos
Malena ..Male.. española única...me hizo feliz pensar lo que habias escrito y vos ...sabes porqué....
besos desde el otro lado de la vida
Somos uno con el universo. Y cuando nos permitimos experimentarlo, de la sabia manera en que lo hiciste, podemos percibir nuestra infinitud. Inmensa y poderosa como ese mar.
Y coincido con Trini. Eso es felicidad en estado puro. Que habita dentro y fuera a un mismo tiempo, sin tiempo.
Dashina, es verdad lo que dices. Esa comunión no habría sido completa sino hubiese sabido que a mis espaldas alguien me aguardaba.
Gracias por tu mail. Un beso muy grande y...¡aguanta, campeona!
Digler, aquello era LA VIDA.¡Qué poquitas veces sabemos disfrutarla!
Gracias por tu visita.
Un beso.
¿Ahora me entiendes tú a mí cuando hablo de Cádiz, Malenita? Me has hecho revivir punto por punto lo que yo siento cuando estoy frente al mar, aunque con el extra añadido de las rocas y las gaviotas, que en Cádiz no las tengo. Esa sensación de intemporalidad, de casi ingravidez, de que no existe nada excepto el aire, el mar y yo, lo que siento...
Un beso enorme, gemelita. Ha sido fantástico estar por unos minutos en la Costa Brava, contigo.
Justy, corazón, me alegro de que te haya llegado algo de aquel momento. Es una forma de agradecer los paseos que me dejas hacer por tu espacio y nunca mejor dicho. :)
Muchos besos mi caballero de las estrellas.
Se me olvidaba.. Gracias por las hermosas palabras que nos has dedicado en tu carta. Ya sabes que eres okupa fija e imprescindible en esta calle, tan tuya como nuestra.
Otro besazo.
Mucha, mi ángel. Sé que te ha alegrado este post por todo. Gracias.
Mil besos.
Abril, es una alegría saber de tí. He pasado varias veces por tu espacio y todavía estaban aquellos dragones especiales.
Aquello como dice Trini, era la felicidad en estado puro o como le decía a Digler: La vida sin interferencias.
Un beso muy grande.
Avalon, cariño, a mí de Cádiz ver el cielo es ya un regalo. Entiendo perfectamente tus sentimientos cuando estás frente al mar.
Tengo una amiga argentina que entra en los blogs y la conocerás, se llama Patricia Gold y está en mis enlaces, que cuando voy para la Costa Brava, me pide que abra los brazos frente al mar y la recuerde a ella. Es como un abrazo simbólico y yo le pido lo mismo a ella.
Son preciosas esas sensaciones de fundirte con la naturaleza, ¿Verdad gemelita?
Miles de besos.
Yo soy de tierra adentro, como bien sabes, pero todo lo referente al mar me produce una sensación mágica y ... viniendo de tus escritos mucho más; no sé qué tiene pero me hipnotiza contemplarlo aunque sólo sea en fotografía. Como siempre tu escrito me ha llegado muy dentro. Un besazo, Malena
Que maravilla poder vivir el mar en el invierno...
Un beso Malena.
Tengo una tremenda conexión con el mar, de siempre. Me imagino perfecto tu Comunión (común-unión) y esa pérdida de la noción del tiempo cuando se está frente al mar, a las olas, al olor salado...
Pero hay una cosa, el gesto tuyo de AGRADECER a tu marido por acompañarte en ese momento, y tomarle la mano... amiga mía: Me saco el Sombrero!
Besos!!
Uno de estos días vas a levitar Male, te lo prometo. Sí ya no las hecho antes, digo. Es que percibes las cosas con tanta fuerza y pasión que, ya quisieramos otros.
Un superbeso.
Privilegiada, sí, privilegiada. Por haber sabido absorber la magia de un instante efímero, por estar junto al mar, ese misterioso amante que nos arrebata y, entre sus cánticos, nos lleva más allá de nosotras mismas.
Privilegiada por estar cerca de tu marido y poder sentir su mano.
Privilegiada...
Un beso grande.
Consuelo, no sé que tiene el mar que a todos nos atrae. Creo que yo siendo mediterránea como soy no podría vivir sin tener el mar al lado.
Gracias por tus cariñosas palabras.
Un beso muy grande.
Mi Chica, ¡ojalá pudiera enviártelo para que lo disfrutaras!
Un besito.
Gerald, gracias por quitarte el sombrero :) pero es la verdad. Cuando te sientes muy unida a una persona, la felicidad no es completa si no la compartes con ella.
Un beso muy grande.
Allan, no te rias de mí :( con lo de la levitación. ¿Sabes? puedo disfrutar de las cosas inmensamente pero en la misma proporción puedo también sufrir.
¡Maldita sensibilidad!
Miles de besos, mi niño.
Fui privilegiada Moony, soy consciente de ello. Y acabar aquel momento y seguir el paseo cogidos de la mano, eso no tiene precio.
Un beso enorme.
Malena, qué envidia me has dado. Toda la semana esperando para ir a dar unos pasos contemplando la playa y las gaviotas, soñando con el mar enfurecido o con las olas calmas y me quedé otra vez encerrada. Si pudiese volver atrás... pero ese es otro sueño.
La imaginación y el recuerdo vuelan con tus palabras. La costa Brava es una maravilla indescriptible y tú otra :)
Besitos y un gran abrazo.
¡Que envidia me has dado! acabo de coger un folleto de esos de vacaciones para pensar en irme a un lugar asi, cerca del mar, y pasar unos dias. Añoro los tiempos en que dormia rrullado por el sonido de las olas rompiendo sobre la arena rubia de la playa.
Que delicia poder poder hacer algo asi, con el mar cercano, proximo, una mas de los vecinos.
Un fuerte abrazo.
Durrell, corazón, a tí te está esperando con los brazos abiertos el mar y el paseo de un pueblecito marinero no lejos de Barcelona que es una preciosidad.
Que sea pronto el paseo. Te lo deseo de corazón.
Besos y abrazos gorileros.
Prometeo, el tiempo pasa rápido y dentro de nada estás tocando otra vez el mar. Mientras, te quedan esos bellos recuerdos de un tiempo que nadie te podrá quitar.
Un beso muy grande.
Eres una afortunada Malena no solo por vivir cerca del Mediterraneo, sino por mas cosas que expresas en tu escrito y las demas carecemos.
Guardalas muy dentro de ti.
Besitos
Cálida Brisa, la vida nos da cosas y también nos las quita. Siempre le daré gracias por todo lo que me deja.
Un beso enorme.
que me vas a contar a mi de esta experiencia, yo vivo a 200 metros de la costa y en las noches de verano escucho el palpitar del mar en su descanso nocturno...es una maravilla...un saludo malena
¿Verdad que me hablas de San Lucar de Barrameda,Manolo?. Estás hablando con una descendiente de gaditanos por parte materna, así que toda esa costa me la quiero como si fuera mía.
Suerte que tienes. :)
Un beso, paisano
De eso se trata, descubrir cosas importantes a traves de las sensaciones... y agradecer la persona amada. Muy bello.
Te abrazo
MentesSueltas
Mentes, es una alegría recibirte en este espacio. Gracias por compartirlo conmigo y por tus cariñosas palabras.
Un beso muy grande.
Cuando necesito pensar... me voy a la remabla a pensar junto al mar... y te puedo asegurar que se aclara mi mente... y mi corazón.
Bsss. Male. Nos vemos.
Mónica, ´hay muchos sitios para reflexionar, cualquiera en el que te encuentres en puro contacto con la naturaleza, pero la fuerza que tiene el mar es algo indescriptible.
Gracias por pasar a visitarme, me ha hecho ilusión.
Un beso.
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