viernes, 31 de agosto de 2007

Ven...


Dame la mano... ven... Quiero llevarte al lugar donde habitan los amores imposibles. Camina a mi lado, despacio... te llevaré a través del camino de mis rosas de Siria, que como un milagro, un año más, me dicen que sigo aquí, que tengo vida.

Escucha... no es el aleteo de mariposas, no es el sonido del agua que cae de la fuente, ni el dulce bailar de las hojas en su caer de los árboles. Es el susurro de las palabras que no se llegaron a decir, de las caricias que no acariciaron ninguna piel, de las lágrimas que no llegaron a salir.

¿ Te estremeces? . Mírame. No hables, no digas nada... respetemos el dolor. Dame tu mano... volvamos a la vida, a mi vida.

Malena.

jueves, 30 de agosto de 2007

El Templo del Cielo.


Atravieso las puertas que dan entrada a la explanada desde donde se divisa el Templo del Cielo. Y lo encuentro allí... sobre las escaleras que suben hasta él.

Su figura se recorta sobre el azul del cielo y se mezclan los colores. El azul intenso, el rojo y el dorado que lo adornan,se elevan con sus alerones intentando tocar el más allá. Subo con recogimiento las escaleras y me acerco con respeto hacia el portalón desde donde puedo observar el altar de las plegarias.

Allí, en el centro, donde los emperadores elevaban sus oraciones, me recojo y dejo también las mías por las personas que llevo en mi corazón. Sé que en ese lugar hay algo especial y aislándome de las personas que me rodean,junto mis manos en oración y desde arriba hacia abajo, presento por tres veces mi respeto a la divinidad que allí mora. Permanezco durante unos minutos abstraida para a continuación, dejar que mis piés se dirijan lentamente hacia su jardín.

El tiempo pasa tan lentamente que da la impresión de que ha dejado de existir. Allá en el centro, con un recogimiento espiritual, un grupo de personas ejecutan ceremoniosamente las diversas figuras del Tai chi. Lentamente, con reverencia, flexionan sus brazos y sus piernas componiendo figuras de gran gracilidad.

Esa parsimonia me atrae y antes de darme cuenta,soy una más del grupo que dejándose llevar, intenta seguir los suaves movimientos. Indudablemente se ha parado el tiempo y ha desaparecido todo aquello que te pueda sacar del ensimismamiento. Espacio, tierra y cielo y en medio estás tú, ensayando figuras que danzan, figuras que vuelan.Compartiendo sensaciones con personas de una raza diferente a la tuya, a la que te sumas rompiendo las barreras.

La sesión acaba con un moviento de manos unidas saludando, al mismo tiempo que en señal de respeto hacia el maestro, inclinas la cabeza.

Se oyen voces cantando, unidas en una sóla voz, melodías nostálgicas cargadas de emoción. Te acercas y con respeto las escuchas. Son hombres y mujeres que llevan partituras en sus manos y con caras embargadas por la emoción, van dejando volar sus voces al cielo de Beijing. Hay un director que las dirige, moviéndo sus manos con la seguridad que da el haberlo repetido muchas veces.

Los oigo y pregunto a mi amigo Gu an que es lo que están cantando con tanto sentimiento y solemnidad. Me lo explica. Son militantes del antiguo Partido Comunista. Los nostálgicos. Que día tras día se reunen para evocar una ideología.
Terminan sus canciones. Recogen las partituras y marchan hasta el día siguiente, mezclándose con el resto de personas del jardín.

Hay niños jugando y mujeres con sombrillas de vistosos colores, para protegerse de los rayos de un sol, que está cayendo con toda su fuerza. Estoy en China.


Malena.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Sentada junto al lago.


Se ha hecho de noche y el firmamento está cuajado de estrellas que parpadean como sucede en cualquier parte del mundo. Todo sería igual sino fuese porque estoy a miles de kilómetros de mi hogar.

No. He dicho que todo es igual y no es verdad. ¿Cómo puede ser igual si el lago está lleno de flores de loto que se balancean al ritmo de la brisa? ¿Cómo va a ser igual si hay barcas que navegan suavemente con la cabeza de un dragón policromado en su parte delantera? ¿Si farolillos rojos se reflejan en las tranquilas aguas?

Yo lo miro todo y me emociono. Y toco la blanca balaustrada y cierro los ojos mientras el calor de la noche me abraza. Mientras oigo voces a mi alrededor de parejas que en una lengua que no entiendo, se expresan lo que tantas parejas en una noche como esta.

Hay un encanto especial y los rumores de palabras de amor atraviesan el lago. Un lago que siempre ha estado ahí con sus tranquilas y sosegadas aguas, al lado de Pudom, uno de los barrios más antiguos y evocadores de la milenaria Pekín.

Malena

lunes, 27 de agosto de 2007

Sobre el tintero de china

Hay veces que haces las cosas inconscientemente, sin saber que pueden haber causas desconocidas que te impulsan a actuar así. Siempre he tenido una inclinación especial hacia el mundo y la filosofía oriental.Algo que me atraía. Que me hacía escribir de una forma determinada, como si hubiese un puente invisible entre ese mundo y yo.

Cuando decidí crear un blog y me vi en la necesidad de poner un título,no lo pensé dos veces y salió "El tintero de China" con dos acepciones:una como el tintero de tinta china y la segunda haciendo referencia al país.

Ahora que acabo de llegar de aquella lejana tierra, entiendo muchas cosas. Hay algo en su ambiente,que se te va introduciendo en el alma.Su forma de pensar, sus gestos lentos y suaves,sus jardines en los que se detuvo el tiempo.Las pagodas que se elevan al cielo acariciándolo con sus tejados vueltos hacia él. La armonía de brazos y piernas cuando ejecutan el Tai chi.La música que mece tu corazón...

Todo ello existe y yo lo he encontrado o mejor dicho,me he reencontrado con un mundo que por extrañas circunstancias vivían ya en mi corazón desde hace muchos años.

Ha sido un invisible y emocionado abrazo con una vida que fue creciendo al mismo tiempo que yo. Separada en la distancia por miles de kilómetros y cercana,por razones desconocidas, dentro de mi corazón.

Malena.