Una vez escribí que la vida consiste en ir quemando etapas e ir asumiéndolas, y es verdad. Puede que en otro momento tenga una visión diferente de la vida, según las circunstancias por las que vas pasando, pero siempre hay un momento en el que se debe de parar para hacer limpieza.
Vamos siempre tan deprisa, que añadimos o se nos van añadiendo elementos que en un principio ni siquiera piensas si son beneficiosos para tí o no, y continúas hasta que te das cuenta de que no puedes seguir al mismo ritmo de siempre y reflexionas, dándote cuenta de que sin querer, tu alma va arrastrando un lastre innecesario que te impide ser quién eres, que te aleja de tus convicciones y principios y que no sabes como tomaron carta de naturaleza en tu vida.
Entonces, una vez tomada conciencia de lo que no te enriquece espiritualmente, empiezas a hacer limpieza poco a poco, sin traumas, para volver a ese camino en donde puedes caminar ligera y en donde al respirar, el aire puro entra en tus pulmones invadiéndolo y te sonríes a tí misma porque eres la que existía al principio, sin adulteraciones, sin ese lastre que te impedía caminar y es que de vez en cuando, debemos parar para hacer limpieza.
Malena