
He sentido la necesidad de mirar hacia el horizonte... Pero no al horizonte imaginario, sino al que marca mi alma, y me he sentido defraudada... porque al día de hoy... ese horizonte está muy cerca...
Tanto, que me impide mirar un poco más allá, en donde en primavera, florecen los cerezos, haciéndome soñar...
Y en esa corta distancia, se ha elevado una muralla que me impide avanzar y me deja quieta,inerme, mirando una pared pintada de blanco...
Y no entiendo el por qué estoy tan aferrada a la tierra hoy, intentando inutilmente, cerrar los ojos y volar...
Los cierro, pero en vez de dejar que mi alma sueñe, aparecen cuestiones prosaicas que nada tienen que ver con la belleza.
Y sé que mis alas están ahí, aunque no las vea, y sé que en mis vuelos cruzaré las montañas, y sé que oiré hablar a los árboles y mantendré conversaciones con las plantas que acaricio suavemente...
Lo sé... pero también sé que hoy no es posible.
Me tendré que acostumbrar a esa distancia corta, y mientras hago la cama y estiro las sábanas, las convertiré en olas de un mar embravecido, y mientras paso el aspirador, creeré que aspiro estrellas que luego lanzaré al cielo, cuando caiga la noche...
Y así, poco a poco, sin darme cuenta, iré alejando el horizonte.
No quiero dejar de soñar... No en esta noche... en la que esa niña que permanece con los ojos abiertos dentro de mi alma, mira al cielo... buscando la Estrella de Oriente.
Malena